La Universidad Nacional del Litoral (UNL) tiene como unas de sus funciones la formación en el plano docente-educativo, la investigación para la generación de nuevos conocimientos y la extensión como una forma de apertura y servicio a la comunidad desde el propio campo disciplinar. En este marco, la extensión busca entrelazar conocimientos académicos y saberes del medio social, con la participación activa de sus actores, ya que todos aprenden de los aportes de los demás.

La Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) junto con la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la UNL y el grupo EDUCREA, elaboraron de forma conjunta un Proyecto de Extensión de Interés Institucional (PEII) para atender las diversas y múltiples demandas surgidas en contextos de ruralidad. Este proyecto da continuidad a intercambios que se desarrollaron en 2015 y 2016 con directivos y docentes de escuelas rurales de los departamentos del centro-oeste de la provincia de Santa Fe --Las Colonias, Castellanos, San Martín y San Cristóbal-- e incorporando en 2017, cuando se materializó en PEII, nuevos establecimientos educativos.

La intención de esta iniciativa -que se desarrolló hasta marzo de este año- fue la de fortalecer los vínculos establecidos en el período anterior, cuando las herramientas pedagógicas posibilitaron instancias de intercambios con estudiantes y docentes de las instituciones rurales. 


Objetivo: inclusión

La directora del Programa de Extensión Educación y Sociedad, Ana María Mántica, afirmó que el proyecto tuvo como eje “la inclusión educativa, social y cultural de las diversas comunidades rurales, la resolución de problemas y desequilibrios que en ellas se establecen”. En este sentido, las problemáticas más frecuentes estaban vinculadas con el entorno: migraciones golondrinas, sentido de pertenencia y cuestiones vinculadas con la accesibilidad de la comunicación. 

La extensión rural estrechó lazos identitarios, en los que participaron más de 10 personas (extensionistas y becarios) con más de 200 destinatarios directos. Mediante talleres y encuentros, abordados desde una metodología multidisciplinaria e interdisciplinaria, los actores sociales fueron los agentes facilitadores adoptando nuevos conceptos y formas de ver la ruralidad. 

Según el codirector del Proyecto de Extensión, Oscar Lossio, la realidad rural es multidimensional y requiere de respuestas diferenciadas. “Cuesta mucho hablar de generalidades cuando las realidades son tan disímiles. En los espacios rurales, con población agrupada o dispersa, no sólo hay actividades agropecuarias, sino que también hay otro tipo de actividades comerciales, que son propias de los sujetos rurales. Salvo algunas excepciones, nos encontramos con escuelas con bajos índices de violencia, bien equipadas y con docentes que llevan a cabo muy buenos proyectos educativos”, recordó. 

 

Desafíos 

Transformar prácticas convencionales o idear nuevas, reduciendo las distancias, fue uno de los desafíos. “El nivel de participación de los docentes fue muy bueno, salvo en determinadas ocasiones en que las distancias fueron los motivos para ausentarse, porque encontraron en este espacio un lugar para hablar sobre los temas de la ruralidad. Observamos que todos los lazos vinculares son los que se jugaron a la hora de los encuentros o talleres, sumado al interés de formación y perfeccionamiento de docentes y alumnos”, concluyó Lossio. 

Mántica se mostró muy satisfecha al mencionar que, luego de concluir con el proyecto y hasta la actualidad, la Facultad de Ciencias Agrarias es la que continúa en contacto permanente debido a su cercanía. “Estudiantes y docentes dan capacitaciones de manera continua, para que, por un lado, ellos conozcan y se inserten en las actividades y que, por otro, la comunidades desarrollen capacidades que sirvan para la producción colectiva”. 

Con este proyecto, la Secretaría de Extensión Social y Cultural apuesta a incrementar los esfuerzos para situar a la educación pública al servicio de las comunidades y revertir las brechas de oportunidades y participación.