Incidencia de la matriz italiana y la tradición operada por las mujeres en la cultura culinaria de la pampa gringa.
Entendemos que la presencia de la italianidad operó como un masivo sistema de resignificación que aportó, a partir del proceso histórico de ocupación del espacio pampeano, factores culturales que contribuyeron a conformar la actual sociedad. Indagando en la esforzada migración del extranjero italiano por la pampa, que se va haciendo gringa a su paso.
Pero es ésta una memoria todavía poco estudiada o contada en toda su rica diversidad y que el presente deja leer como falta. A este archivo, como un libro escrito con sabores y experiencias personales, comunitarias e históricas de las prácticas culinarias es al que nos referiremos somera pero comprometidamente en esta indagación.
La agricultura era una actividad de resultado incierto por los riesgos climáticos. Recuerdo que mis padres más de una vez comentaron que en siete años se perdieron cuatro cosechas. La peor fue la de 1937.
La mecanización ha erradicado muchas tareas que han pasado a ser una curiosidad histórica. Uno de esos trabajos era la emparvada de alfalfa.
La alfalfa (Medicago sativa en latín), que los italianos llaman erba médica y los españoles también denominan mielga, es el forraje por excelencia.
La bagna càuda es una comida especial, que se inscribe entre las exquisiteces de la cocina piamontesa.
Ciertamente se trata de una salsa muy sabrosa que resulta de una feliz combinación de tan solo dos ingredientes cuyos sabores se amalgaman de modo tal que, en cierto modo, pierden su identidad propia en beneficio del resultado del conjunto.