LINA BECK BERNARD, UN MERECIDO HOMENAJE

Cav. Magtr. Adriana Crolla

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La historia de la colonización en tierras santafesinas no puede soslayar las figuras de los esposos Beck-Bernard. Y sin embargo una parte importante de su obra espera ser puesta en valor. El traslado del piano que perteneciera a Lina Beck Bernard y que ejecutara durante los cinco años de estancia en la ciudad de Santa Fe mientras su esposo fundaba y organizaba la colonia San Carlos, para ser exhibido en el Museo Pedroniano Comunal de esa localidad, que las autoridades del Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe han autorizado, es un hecho a ser celebrado.
Toda vez que hace visible la figura de esta singular mujer, que no sólo se dedicó a cumplir con sus roles de madre y esposa, sino que además realizó antes y después de regresar a Suiza una prolífica obra literaria y ensayística, así como una combativa y comprometida obra social, además de realizar obras pictóricas y establecer con las figuras más notables de la intelectualidad de la época un importante intercambio epistolar.
Circunstancia que particularmente celebro pues se conjuga con la tarea de visibilización que estamos encarando desde el programa de estudios de Migraciones que lleva el nombre de los esposos Beck-Bernard y que radicado en la Universidad Nacional del Litoral, ha comenzado a promover acciones en aras de esta promoción.
Una ya cumplida es la publicación del libro La República Argentina de Charles Beck Bernard, por primera vez traducido al español, bajo el sello editorial de la UNL, con subsidio del ex intendente de San Carlos, el Dr. Omar Príncipe y de la Ex vicegobernadora y diputada provincial, Dra. Griselda Tessio.
Con ese mismo subsidio estamos terminando de editar el libro Lina Beck Bernard. Flores de las pampas (Trilogía narrativa) y Sobre la pena de muerte y la condición de las mujeres (ensayos). Y al mismo tiempo hemos convocado a un concurso de ensayos sobre la figura de estos pioneros de la colonización.
En breves líneas nos permitimos adentrarnos en la interesante vida del matrimonio Beck Bernard y en particular de esta excepcional figura femenina, pionera en relación a la participación política, social e intelectual de la mujer en la sociedad de su época. Por lo que desde hace algunos años ocupa el interés de quienes se dedican a los estudios de género y del rol que cumplieron muchas mujeres viajeras quienes con su aguda mirada y escritura colaboraron al desarrollo potente de la historia en los siglos precedentes.
Fundada la empresa de colonización con Aquiles Herzog, a fines de 1856, Charles Beck toma la decisión de venir a probar suerte para fundar él mismo colonias en la provincia de Santa Fe. Su esposa Lina lo acompaña con sus dos hijas y en enero de 1857 la familia se embarca en Southampton rumbo a Brasil.
Lina inicia un diario de viaje que luego será el sustento de su libro Le Rio-Paraná. Cinq années de séjour dans la République Argentine, publicado en Paris en 1864. En el mismo relata que desde la capital brasileña siguen a bordo de un incómodo barco "Le Prince" y luego de muchas vicisitudes desembarcan en Buenos Aires el 14 de marzo. La familia se interna en el “desierto” a bordo de la goleta "EL Rey David”, conducida por genoveses, remontando el Paraná. Y al llegar a Colastiné unos isleños sirgadores remolcan a caballo el barco hasta el puerto de Santa Fe donde desembarcan en los primeros días de abril de 1857.
La familia se instala en una casona antigua con mirador sobre la acera oeste, en lo que es hoy calle San Jerónimo, frente la plaza del Constituyente (Plaza de Mayo) en un solar donde actualmente se erige el Palacio de Tribunales.

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Beck suscribe un convenio con el gobernador Juan Pablo López y con el ministro Juan Francisco Seguí, por el cual se obliga a traer de Suiza 50 familias de agricultores. Lo que hace luego de algunos problemas (Crolla, 2015: 12-60) fundando en 1858 la colonia San Carlos Sud, poblado que se prolongaría en el futuro a San Carlos Centro y Norte.
Mejor proyectada que Esperanza, San Carlos será modelo de sucesivas fundaciones ya que la Compañía Beck-Herzog garantiza a los colonos la recepción de víveres, materiales, semillas y animales a su llegada. Y emite un reglamento que estipula normas morales, educación de los niños, administración cosechas y 20 días al año destinados por el colono al bien común. La maestría de Lina para retratar personajes encumbrados (Mitre, Garibladi, etc.) en su libro, más conocido por haber sido traducido tempranamente en 1935 por José Luis Busaniche, ha generado una tradición de ediciones y lecturas. Hay muchos pasajes de libro que despiertan nuestro interés porque la distancia temporal priva de conocer el pasado íntimamente, si no es a través de la mirada de quienes lo vivieron. Y desgraciadamente Santa Fe no cuenta con muchos documentos a disposición sobre esa época tan vívidos y detallistas, lo que hace especialmente valorable los datos que esta extranjera nos regalara, correspondientes a las bellas e interesantes descripciones de la vida social y política santafesina, su arquitectura y paisaje.
También sobre los indios, la realidad de sus costumbres, la interacción con el blanco y peculiaridades de estas culturas autóctonas que la doxa se ha ocupado y preocupado por silenciar y solapar. Para ilustrar mejor lo ocurrido con una de las reducciones del norte, transcribe un texto que le enviara el misionero piemontés Constancio Ferrero de Cavour, sobre la antigua ciudad de San Javier abandonada por los criollos después de la caída de los virreyes y lo que allí encontrara. Esta larga carta, traducida por la misma Lina, aporta datos sustanciales sobre las distintas etnias indígenas; mocovíes, tobas, pampas, abipones, sus diferentes costumbres, religiones, modos de guerrear, organización social y de gobierno y hasta un breve cuadro contrastivo de términos en español, abipón y mocoví.
Otro capítulo constituye el marco referencial de su segunda novela, Telma, y es el referido a los negros y la esclavitud. En estas páginas la sensibilidad social de la viajera se traduce en un iluminante relato sobre cómo se estipuló un proceso libertario escalonado en treinta años que no se cumplió en la provincia del modo esperado.
Así como su esposo al volver a Suiza en 1864 escribe inmediatamente el libro sobre la Argentina cumpliendo con sus deberes primero como Agente de Inmigración y posteriormente como Cónsul argentino en Suiza durante 20 años, luego de su nombramiento por el Presidente Mitre, Lina se aboca a escribir el libro mencionado y tres novelas que tiene como escenario Santa Fe y su zona: L`Estancia de Santa Rosa. Scènes et souvenirs du désert argentin que tiene como escenario la estancia del Coronel José Rodríguez, a unos 90 kms de la ciudad capital de la provincia. Obra publicada sola en la Revue de deux mondes en 1864. Y luego en la trilogía junto a Telma y Frère Antonio, en 1872 en Paris, bajo el título de Fleurs des pampas.
Lina fue una mujer de pensamiento y acción. Pero además se destacó por su sensibilidad para las distintas expresiones del arte. Muy instruida, con vivaz imaginación y pensamiento e inteligencia abierta y generosa se destacó también en la enseñanza, la literatura (ha llegado también hasta nosotros un poema dedicado a sus cuatro hijas), pintura, filosofía y cuestiones sociales. Sus obras pictóricas la demuestran como una fina paisajista y proclive a reproducir escenas de los mundos exóticos o interesantes conocidos en sus viajes.
En numerosos artículos trató cuestiones referidas a la situación de las mujeres en la sociedad moderna y la necesaria reivindicación y mejoramiento de sus atribuciones en el desarrollo social. Al mismo tiempo, sus profundas y activas convicciones sobre la situación de las mujeres la llevó a ser asidua colaboradora del periódico L´Espérance, organe de l´association des femmes, publicado en Ginebra.
Ideario, palabra y acción pintan a Lina Beck como una intelectual de fustes y con convicciones de la más absoluta actualidad. Por lo que nos resulta incomprensible que su figura de luchadora por los derechos de las mujeres y de la sociedad en general, tanto en relación con un mejor régimen penitenciario o el mejoramiento de las condiciones de vida, todos frutos de una particular agudeza de pensamiento y compromiso activo con la realidad, no se hayan hecho visibles hasta hoy, siendo injustamente olvidada.
Queda como tarea a futuro, el análisis de los documentos epistolares y el rescate de su producción periodística. Y si el milagro ocurriera, el hallazgo de los manuscritos de Mes Souvenirs, libro de memorias que comenzó en 1886 y que la ocupaba en los momentos finales de su vida.

Autor: Cav. Magtr. Adriana Crolla

Acta original de defunción de Elisabeth Beck Bernard

Charles Beck, nacido en Amsterdan el 15 de abril de 1819 y muerto en Lausana el 6 de abril de 1900, se casa en Basilea, Suiza, en 1852 con Amélie (Lina) Bernard nacida el 10 de febrero de 1824 en Bitschwyler, Alsacia y fallecida en Lausana, Suiza, el 27 de septiembre de 1888. Después de haber recibido la primera educación en Mulhouse, Lina partió con 15 años hacia Basilea donde residió con su familia y recibió una notable influencia de su bisabuelo, el célebre poeta Théophile-Conrad Pfeffel, y de su abuelo quien la crió por morir asesinado su padre tempranamente.
Fundada la empresa de colonización con Aquiles Herzog, a fines de 1856, Charles Beck toma la decisión de venir a probar suerte para fundar él mismo colonias en la provincia de Santa Fe. Su esposa Lina lo acompaña con sus dos hijas y en enero de 1857 la familia se embarca en Southampton rumbo a Brasil.
El matrimonio Beck Bernard tendrá cuatro hijas, dos nacidas antes de su viaje a la Argentina y dos nacidas durante su estancia en Santa Fe: Noemí Susana, nacida en Suiza en 1854, casada con Constantino Stoyanesco, ingeniero de Buckarest; Amelia Catalina Laura, nacida en Suiza en 1855 y fallecida en Basilea en 1922; Elisabeth Fanny, argentina, nacida en Santa Fe en 1859 y fallecida el 29 de julio de 1874, según consta en el acta de defunción conservada en el registro de Estado Civil de St-Gingolph (Haute- Savoie, France) (1) y Hélène Mathilde, argentina, nacida en Santa Fe en 1861 y bautizada en la Iglesia protestante de San Carlos en ese mismo año. Esposa de Eduardo de Bavier, negociante de sedas de Zurigo, falleció en Lausana en 1943.

(1) Agradecemos la gentileza del Sr. Guy-Bernard Meyer quien nos informara de esta circunstancia y nos hiciera llegar el acta de defunción de Elisabeth que se atesora en el Archives Haute Savoie de Annecy, Francia. `Ref. mail enviado a A. Crolla por el Sr. Meyer el 9/11/2021.

Traducción del acta de defunción de la hija de Charles y Lina Beck

En el año mil ochocientos setenta y cuatro, el 29 de julio, a las siete horas de la mañana, comparecen ante mí, Chevalloy, Joseph, alcalde oficial del Registro Civil de la Comuna de Saint Gingolph, circunscripción de Thonon, Departamento de la Alta Saboya, el señor Beck, Charles, nativo de Ámsterdam, Cónsul en Suiza de la República Argentina (América), de cincuenta y seis años, domiciliado en Lausana, Suiza y Besson, Henri, cartero rural, de veintisiete años, domiciliado en la presente; los cuales nos han declarado que hoy, a las tres de la mañana, en esta comuna, la señorita Beck, Elisabeth Fanny, de quince años, sin profesión, nacida en Santa Fe, en la República Argentina, domiciliada también en Lausana, hija del primer compareciente y de su esposa, Bernard, Amélie Lina, ha fallecido en el Hotel Lyon d’Or, propiedad de la Sra. Michaud, donde se encontraba provisoriamente, de paseo con sus padres. Luego de habernos confirmado el deceso, hemos establecido la presente acta que los declarantes han firmado ante nosotros después de haberla leído.
Charles Beck Bernard, Henri Besson, Chevalloy.

La copia del acta de defunción puede ser consultada en "DOCUMENTOS DE INTERES"