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FRANCISCO MARINARO

(Matera (S. de Nápoles), Italia 1882 – Mar del Plata, Argentina 1970)

Realiza sus estudios en Bari y hacia 1905 viaja a Estados Unidos ocupándose de la ornamentación del primer subterráneo del mundo, habilitado el año previo en Nueva York. Tiempo después regresa a Italia y en 1908 viaja a la Argentina radicándose en Santa Fe donde realiza gran parte de su obra hasta su radicación definitiva en la ciudad de Mar del Plata. Dedica parte de su tiempo a la enseñanza en academias privadas y colegios religiosos.

La vasta obra de este artista singular se caracteriza en su interés por lo ornamental y la temática religiosa. Se destaca por su enorme habilidad para la resolución de trompe l´oeils. Su personal manejo de la técnica lo singulariza en pinturas, tallas religiosas, relieves ornamentales en fachadas, los que en su mayor parte llevan su firma, y en algunos casos hasta provocando juegos compositivos como en el altar de la Iglesia del Huerto. El trabajo corporativo de Francisco Marinaro y Juan Cingolani generó, al decir de Taverna Irigoyen, una “dupla feliz y positiva” al encargarse de una gran cantidad de obras encomendadas por la curia y por distintas órdenes en los templos santafesinos.

Marinaro se destacó también en el diseño y composición de vitraux y en la ornamentación pictórica a partir de murales y cielo raso en casas particulares de Santa Fe, Esperanza y Rafaela. Obras que en algunos casos todavía se conservan.

Fue un importante escultor y muchas fachadas en edificios religiosos y particulares llevan su firma. La maestría de su arte y de su técnica es apreciable en la “Puerta del Paraíso”, sobre calle San Martín, y la fachada de la Iglesia del Carmen. Es autor también y su firma es visible, de la fachada con doble luneta del Edificio Carlos Lupotti en calle San Martín 2963/65. Construido en 1928 por la empresa Beltrame y Arguelles. En homenaje al país exportador de productos agropecuarios, y debido a que el dueño era el dueño de un importante molino, el artista bosquejó símbolos alegóricos. Gustavo Vittori en su libro «Santa Fe en clave», aporta datos y fotos interesantes para apreciar los detalles de la Divinidad del progreso, que entroniza la luneta norte y Ceres, diosa de la agricultura, en la luneta sur. Las resoluciones de las guardas que franquean las estilizadas puertas de hierro, guardan similitudes con las de la Puerta del Paraíso. Otra propiedad en donde es posible apreciar el exquisito arte ornamental y progreso material de este artista en un bello paño escultórico con amorcillos que ornamentan la fachada de una casa en Bvard. Gálvez 2044.

Marinaro fue también un experto diseñador de pergaminos, y su personal caligrafía permite al ojo avezado identificar sus trabajos. Fue autor también de diseños para logos como el del Congreso Eucarístico realizado en Santa Fe en 1940, el que quedó plasmado en los vitraux de las puertas de entrada al Colegio de las Hermanas Adoratrices.

A instancias del fervor nacido del primer Ateneo de Artes y Ciencias que se había organizado luego de la creación en 1920 del Museo “Rosa Galisteo de Rodríguez”, integra el grupo que promueve la fundación de la Asociación de Artistas Plásticos. En marzo de 1927 una invitación que llevaba su firma y la de Miguel Espósito convocó a la realización de un Salón o concurso de pintura en variadas técnicas, con la finalidad de fomentar y estimular el arte local, incluyendo cláusulas acerca de medidas, jurado y premios. Este Primer salón se realiza en el local de Fiat en fecha 29 de setiembre de 1927 y Marinaro integra la primera comisión directiva de la Asociación y asume la primera presidencia hasta 1931.