FÉLIX REVOL

(Francia 1821 – Argentina 1867)

Nació en Lyon (Francia), en 1821, hijo de M. Pierre Revol y de Jeanne Pauline Perriere, hermana de Casimiro Perriere, ministro de Luis Felipe. Realizó sus estudios en la Escuela Politécnica de París y se graduó de ingeniero. Viajó a América entre los años de 1838 a 1842, en misión oficial del gobierno de Francia, para ser cumplida en el Perú, probablemente sobre asuntos de minería, viaje que realizó a través del territorio argentino, y al pasar por Córdoba, se relacionó con los pobladores de aquella sociedad.

Estando Revol en Buenos Aires, luego de su arribo de Francia, y practicando su oficio de pintor, ingeniero y arquitecto, no escaparon a los ojos de Juan Manuel de Rosas las condiciones de este artista francés. Así fue que en 1847, recomendado por Felipe de Arana, ministro del Restaurador, se presentó en Santa Fe adonde llegó para hacerse cargo de los trabajos del altar mayor de la Iglesia de Todos los Santos. El pintor allí trabajó en el retablo de la iglesia matriz y realizó un cuadro para el mismo: “Reunión de todos los Santos“.

Cuando regresó del Perú, se radicó en la ciudad mediterránea y contrajo matrimonio el 28 de enero de 1848, en la Catedral Nuestra Señora de la Asunción con Gumersinda Núñez Bazán, de familia cordobesa y riojana, dando origen a una familia argentina de ilustre tradición.

Tuvo seis hijos, uno de ellos, Luis Revol (1858-1915), fue senador y diputado por la provincia de Córdoba e intendente de la capital provincial, desde el 13 de mayo de 1887 hasta el 13 de octubre de 1891.

Sus conocimientos profesionales lo llevaron a efectuar varios trabajos como el trazado de la actual ciudad de Río Cuarto, el abroquelamiento del cauce del Río Primero, que atraviesa la ciudad de Córdoba. Fue el encargado de la decoración de la Iglesia Catedral de Córdoba, cuya construcción se inició en 1848 y concluyó en 1856. El artista realizó un importante trabajo, tanto de figuras al fresco como de esculturas y otras ornamentaciones. Los memoriosos destacaban, como pinturas especialmente logradas, los Cuatro Evangelistas de las pechinas de la cúpula y la Inmaculada, en el presbiterio.

Fallas en la construcción obligaron entre 1938 y 1841 a reedificar la cúpula de la Catedral, además de otras importantes obras internas, y las pinturas de Revol desaparecieron sin dejar rastros. En 1863, fue nombrado vicepresidente del Departamento Topográfico de la provincia de Córdoba, por el gobernador Roque Ferreyra.

Además de los trabajos mencionados, fue un pintor que se caracterizó por su ingenuidad y suave frescura en los cuadros que realizó llenos de un hermoso colorido. Actuó especialmente en las provincias de Córdoba, Santa Fe y Tucumán. Entre sus composiciones se destaca el retrato ecuestre del coronel Martín de Santa Coloma, existente en el Museo Histórico Nacional y el General Echagüe en el Museo Histórico Provincial de la ciudad de Santa Fe, ambas obras ecuestres. En el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, se encuentran los retratos del matrimonio Aldao, familia ilustre de Santa Fe y en la catedral de la misma Santa Fe, en el altar mayor, hay un friso de La Última Cena de su autoría.

Falleció en Córdoba, el 29 de diciembre de 1867, a los 46 años de edad. El artista escapaba con su familia de la primera gran epidemia de cólera que afectaba a varias provincias argentinas, incluida Córdoba. La muerte lo sorprendió en Anisacate, camino a Río Cuarto, hacia donde se dirigía. Sus hijos lo habrían enterrado en el camino, siendo trasladados sus restos el 6 de abril 1872 al Cementerio San Jerónimo, Córdoba.

A mediados de octubre de 2011, mientras trabajaban en el interior de la iglesia de San Francisco (esquina de Entre Ríos y Buenos Aires), Córdoba, restauradores de arte descubrieron, detrás del ático de la iglesia franciscana, valiosos frescos de Félix Revol. Se trata de una pintura al óleo sobre la pared de siete metros de ancho por cuatro metros de alto. La restauradora del templo, Alicia Beltramino, cree que el pintor quiso retratar a la Santísima Trinidad. Detalló al respecto: “En un extremo puede verse un Cristo glorioso, en ascensión, con el torso desnudo, un paño entre las piernas y la herida de la lanza en un costado; en el otro extremo se ve una figura masculina, barbada, que sería Dios Padre; y más arriba aparece el Espíritu Santo”.

Fuentes:
Revisionistas
Arte de la Argentina