Coordinación:
Natacha Bacolla nbacolla@gmail.com
Francisco Reyes reyesfranciscoj@live.com
La propuesta comprende a múltiples procesos de circulación y recepción en un periodo de redefinición de las interacciones y conexiones entre ambas orillas del océano Atlántico al involucrar a planteos tanto de la historia política e intelectual como de la social y cultural. Desde hace décadas, distintas perspectivas como la historia atlántica y, más recientemente, la historia global y la histoire croisée, entre otras, han venido a plantear miradas renovadoras sobre fenómenos como la dominación y la rebelión coloniales, las manifestaciones locales de ideas transnacionales como las de revolución, libertad o socialismo, así como los paralelismos a la distancia entre desarrollos de escala regional, nacional y local. Todo ello en un arco temporal que discurre, grosso modo, entre las revoluciones de independencia hispanoamericanas y el fin de la Guerra Fría, tanto en sus centros neurálgicos como en aquellos espacios afectados por sus ondas expansivas.
En esta clave, contextos como el rioplatense y el argentino se piensan como parte de dinámicas de alcance regional y continental, pero que en sus vínculos con Europa revistieron singularidades en su forma de inserción y en el direccionamiento de múltiples actores e ideas que demandan análisis específicos, sin perder de vista los procesos en escala. El supuesto que se sustenta es que los momentos de conflictos abiertos y cambios históricos acelerados pueden ser tan importantes como aquellos períodos (de años o décadas) en los que, bajo una superficie aparente de continuidades, se tejieron y consolidaron relaciones de largo aliento entre comunidades, Estados e instituciones. En la perspectiva propuesta por la mesa tienen lugar entonces distintas expresiones de circulación y conexión interoceánicas: las visitas culturales y de Estado, los viajes intelectuales y la circulación de publicaciones, la diplomacia regular (civil, militar, científica o cultural) y otras más extraordinarias, la recepción de doctrinas, culturas e ideologías políticas y sociales, la circulación de saberes disciplinares y académicos e, incluso, la experiencia de activistas y aventureras/os que desafiaban autoridades y costumbres, así como el estudio interconectado de procesos políticos y sociales en diversas escalas (movimientos sociales, reformas institucionales, movilización política, etc).